



Singularidades de una chica rubia puede hacernos añorar al gran Oliveira de otros tiempos, pero nos confirma que quizá ningún otro cineasta sería capaz de sacar tanto partido a un material argumental tan nimio y, a la vez, sorprendernos.
Estamos en la Lisboa actual, sin embargo los personajes viven en otro tiempo, actúan según unas reglas que sólo tuvieron sentido en el pasado o quizá sólo en un mundo literario.
1 comentario:
Ais, ¡qué pena! No pude ir a verla, fui a la charla de Rosa Montero. Creo que elegí mal. Cachis. ¡Qué tío el Oliveira! ¿Tiene más de cien años no? Es impresionante, la dieta lisboeta va a ser mejor que la mediterránea
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